Yo era profundamente infantil, pero eso no significaba que percibía todo como una niñita... comprendía sus actitudes, esa sonrisas irónicas, y ese gusto por tener la atención de los demás. Lo admito, para mí ella nunca fue una rival, a ella le facinaba competir conmigo y yo cerraba los ojos gustando de la derrota... Porque perder, con ella era ganancia. Porque ignorar, era amar. Y así se me pasaban los días, mis sueños, todos mutilados por cumplir los de ella, por su felicidad.
Las buenas intenciones fueron inútiles. Cuando comprendió que para mí era insignificante, dejó de crecer, se voló el color de su cara bonita. Los rencores se albergan en el alma.
Cuando volvió en sí era tarde, no había forma de recuperar tanto tiempo invertido, tanto esfuerzo entregado a ser mejor ... mejor que yo.
Corazón de hierba
miércoles, 26 de septiembre de 2012
miércoles, 13 de junio de 2012
¿Cómo estás?
¿Por qué las personas tienen que acompañar a un: Hola, Buenas tarde, buenos días, buenas noches, el ¿cómo estás? ¿Ah?
Lo odio. Por lo hipócrita que es.
A nadie le interesa realmente saber cómo está alguien que se encuentra por la calle. Es un lío interesarse por alguien más, conocer sus inquietudes, sus impresiones mientras iba camino a algún lugar, menos sus dramas, sus dudas, sus temores, sus preocupaciones.
Entonces... ¿para qué el: cómo estás? Innecesario, porque finalmente aunque mencione que estoy jodidamente mal (como lo he hecho en varias ocasiones) la gente está tan acostumbrada al falso "bien, gracias" que ni siquiera se percata de la respuesta. O sino, se va incómoda.
Definitivamente no me gusta el ¿cómo estás? , no me gusta el poco interés por la vida ajena, por el prójimo (...). No me gusta que me contesten con mentiras, me encantaría dedicar tardes, mañanas, noches a saber cómo están realmente.
Y bueno, claro que esto es producto de un hecho específico. Me encantaría oirte, me gustaría escuchar tu historia, entender cómo haces para ser tan inmoral y no tener después culpa. Me gustaría ser esa persona con la que te desahogas, que te da paz, que está dispuesta a dejar todo botado por pasar otro día durmiendo junto a ti. Me gustaría que un día tu abrazo, abrace todos los problemas que me he inventado en tardes como estas. Me gustaría que nuestros besos sean sólo otra forma de contarnos las cosas.
Lo odio. Por lo hipócrita que es.
A nadie le interesa realmente saber cómo está alguien que se encuentra por la calle. Es un lío interesarse por alguien más, conocer sus inquietudes, sus impresiones mientras iba camino a algún lugar, menos sus dramas, sus dudas, sus temores, sus preocupaciones.
Entonces... ¿para qué el: cómo estás? Innecesario, porque finalmente aunque mencione que estoy jodidamente mal (como lo he hecho en varias ocasiones) la gente está tan acostumbrada al falso "bien, gracias" que ni siquiera se percata de la respuesta. O sino, se va incómoda.
Definitivamente no me gusta el ¿cómo estás? , no me gusta el poco interés por la vida ajena, por el prójimo (...). No me gusta que me contesten con mentiras, me encantaría dedicar tardes, mañanas, noches a saber cómo están realmente.
Y bueno, claro que esto es producto de un hecho específico. Me encantaría oirte, me gustaría escuchar tu historia, entender cómo haces para ser tan inmoral y no tener después culpa. Me gustaría ser esa persona con la que te desahogas, que te da paz, que está dispuesta a dejar todo botado por pasar otro día durmiendo junto a ti. Me gustaría que un día tu abrazo, abrace todos los problemas que me he inventado en tardes como estas. Me gustaría que nuestros besos sean sólo otra forma de contarnos las cosas.
domingo, 10 de junio de 2012
Anécdota
En el café, la vendedora hablaba con su colega acerca de la proyección que hacen los padres en la vida de sus hijos; sus planes, sus miedos, sus sueños, sus creencias. La escuché reflexionar acerca de eso, con el énfasis que uno le da a las cosas que le han impresionado recientemente. Que manera de gustarme el gesto en su cara. Una actitud simple que me transformó el día.
No somos pocos los que nos cuestionamos todo, tanto, todo el tiempo.
El círculo crece cada día más, se percibe en los ojos que reposan en la naturaleza, en la cabeza que descansa en las rodillas en la banca de una plaza, en la vista puesta en el cielo o en el suelo, mente perdida en asuntos incorpóreos.
Él tenía razón. No hay mal que dure cien años, ni tonto que lo aguante.
No somos pocos los que nos cuestionamos todo, tanto, todo el tiempo.
El círculo crece cada día más, se percibe en los ojos que reposan en la naturaleza, en la cabeza que descansa en las rodillas en la banca de una plaza, en la vista puesta en el cielo o en el suelo, mente perdida en asuntos incorpóreos.
Él tenía razón. No hay mal que dure cien años, ni tonto que lo aguante.
jueves, 24 de mayo de 2012
Amarte
Lo único
que te puedo enseñar es lo mejor que se hacer, amar. Amo con tantas ganas, que aun no se me pasan
las que tengo por mi primer amor, ni por el segundo, ni por ninguno, y a medida
que transcurren los años, creo que nunca los dejaré de amar. Amo todo, la
tierra, la madera, el frío, los paisajes, las fotografías ajenas. Lo único que
se me ocurre contigo es amarte; refugiarnos en mi casa los domingos, brindar
por las tardes nubladas con un café, besarte en la mejilla con placer. Amarte
sin estrategias, amarte con confianza, amarte a pesar de saber que te irás
algún día con otra. Amarte con despedidas, que pasar todo el día juntos no es
garantía de que querré más, sino de que un día la discusión será la monotonía.
Amarte con la cabeza, el corazón, mis celosas piernas, amarte con mis cabellos
enredados en tus manos, buscar el universo en tu espalda, estudiar las
constelaciones de tu boca abierta, llamarte amore
por lo romántico que suena el francés en nuestras lenguas tan profanas. Amar y
profetizar nuestro final de novela, amarte hasta envejecer como las hojas
secas, Amarte tanto hasta el punto de no llorar por nuestro finale, de abrir los brazos para que
vayas a buscar amor a otra parte. Amarte tanto que me olvide de los abandonos
de antes, amarte con canciones, amarte y de tanto amor entregarme. Virgen a tus
manos seculares.
lunes, 30 de abril de 2012
Lo que me trajo este otoño
Este otoño trae tanta infancia a cuestas, se siente el calor del mongómeri después de la escuela, el jumper, las pantis de lana en las piernas, delgadas blancas piernas, piernas ahora manoseadas piernas. Las hojas secas invadiendo toda escena, así como me imaginaba los futuros otoños después de la novela. La ciudad grande que me recuerda a otra mucho más pequeña. Se siente bien el abrazo de la madre tan lleno del olor de ella, que bella la madre, deseos de volver a ser de ella. Esperarla después de clases, va a llegar tarde de nuevo, pero la perdono, con ese olor a mujer, cualquiera. Me lleva de la mano y me cuenta del dia fuera de la escuela. Que ganas de volver y admirar a esa diosa de negra cabellera, de aferrarme ahora a ella, de hacerla eterna.
viernes, 20 de abril de 2012
Tu nueva víctima.
Te enseño mis juegos, te enseño mi pecho, vacío y ajeno,
mi alma se vuela como el polvo en el viento,
vamos a perseguirnos por laberintos de espasmos,
vamos a gritar hasta desamarrarnos
Vamos a comprobar que se siente ser humano,
seguir instintos tomados de la mano.
mi alma se vuela como el polvo en el viento,
vamos a perseguirnos por laberintos de espasmos,
vamos a gritar hasta desamarrarnos
Vamos a comprobar que se siente ser humano,
seguir instintos tomados de la mano.
martes, 13 de diciembre de 2011
Como no tenemos futuro, te regalo pasado.
Recordé que hacía por estas fechas años atrás;
fiestas secretas, celebraba tu existencia.
Ahora, ¿Qué haré?
Fingiré que es un día normal,
pensaré en todas las tragedias que ocurrieron en un día como este,
le inventaré una nueva razón.
Y tu ser... ¿en qué alma se enredó?
Complicado trabajo asumir lo finito,
abandonarte en su boca.
Que esa boca te sonría esta noche,
y que no haya más necesidad de luces ni adornos,
ni de fotografías (caricaturas del destino),
Como ya no tenemos futuro... te regalé un poco de pasado,
con una sonrisa hipócrita, como la del primer día.
fiestas secretas, celebraba tu existencia.
Ahora, ¿Qué haré?
Fingiré que es un día normal,
pensaré en todas las tragedias que ocurrieron en un día como este,
le inventaré una nueva razón.
Y tu ser... ¿en qué alma se enredó?
Complicado trabajo asumir lo finito,
abandonarte en su boca.
Que esa boca te sonría esta noche,
y que no haya más necesidad de luces ni adornos,
ni de fotografías (caricaturas del destino),
Como ya no tenemos futuro... te regalé un poco de pasado,
con una sonrisa hipócrita, como la del primer día.
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